TERCERA ENTREGA: EL REGRESO DEL JEDI CORDOOOBÉE

TERCERA ENTREGA DE ESA FANTASTICA SAGA DE ROADTRIP, HIP HOP Y JOJOBA JUJEÑO. HOY PRESENTAMOS: "EL DIA DESPUÉS"

Sábado de mattina. Las caras son complicadas, porque ayer la pibada se tomó hasta la molestia y hoy están todos como Sandro, pero en vez de un pulmón están esperando un cambio de sangre y un transplante hepático.
Hay expresiones culposas en la mesa, el gordo medio que se fue de mambo ayer y queriéndole colar un garfio a una de las chicas terminó por pellizcarme el totencio y casi nos vamos a las manos.
Los chicos estuvieron dando vueltas por el boliche con un ferné en cada mano saltando y bailoteando como si fuera una rave en Ibiza. Las chicas terminaron la sesión de peluquería tarde. En parte porque Vale viene con charla atrasada y se está poniendo al día, pero para poner al día a Vale hay que habilitar un 0800, porque te habla hasta por los codos.
Llegaron las dos que faltaban y trajeron facturas vienesas ( unas grandes las chicas).
Nosotros estamos dándole duro y parejo a los huevos revueltos, a las tostadas y al mate, sorteando quien será el primero en entrar al baño bajo un torneo relámpago de piedra, papel o tijera. Hay como un código de respeto mutuo entre los varones. El baño se pide con media hora de anticipación, porque nadie entra hasta media hora después de que ha pasado el otro. Es un modo de jerarquizar el trono, pero además permite que la lavandina pura arrojada a mansalva haga lo suyo ( y verdaderamente preferimos la baranda a pileta a lo otro).
Salimos medio tarde para el pueblo. Una parte del grupo se quedó en casa, otros con amigos cerca del parque y quedamos nosotros, que somos 4: Noe, Cristian, Vale y quien les escribe.
Nos fuimos para la oficina de turismo para conseguir un bondi que nos lleve a Los Reartes, en donde se dice hay un río muy pintoresco.
El bondi dejaba bastante que desear, aprovisionados con medio kilo de salamincho, queso, pan y cuatro cervezas nos fuimos a la orilla del rio a ver pasar la tarde.
Ahh que tranquilidad. Hasta los tábanos pedían permiso para morderlo a uno.
Nos metimos en el río con Cristian mientras las chicas tomaban sol. Como soy blanco pechio me embadurné de factor de protección vampiril y me mandé en mayita para probarle al mundo que Vegas no es el único que se la banca nadando perrito. Está fría como el carajo y temo las chicas me hagan mala fama cuando salga del agua y se me marque el paquete....
De la nada se fue llenando de gente hasta que se hicieron las seis y pintó la lluvia. Son familias de no menos de 20 integrantes cada una. Falta la Abuela de los Montañeses atada al techo del Renault 12. De la soledad más inmensa nos vimos rodeados por seguidores de Hernán Caire en menos de una hora. Cristian tuvo uno de esos raptos de practicidá que a mi por momentos me dejan boquiabierto y se chamuyó a la dueña del kioskito que nos vendió la birra para que por 20 mangos nos lleve al pueblo y así lo hicimos, mientras el resto de la toldería toba, que se había puesto a dar brincos al ritmo de la cumbia mas intransigente, se quedaba mirando debajo de un techo.
La vuelta a casa se hizo al estilo de San Pedro: a los baldazos.
Habían dos cosas para hacer una tarde así. Una era ponerla, opción descartada unánimente por las chicas desde un inicio. La segunda era hacer tortas fritas, pero nos ganó la vagancia y nos quedamos mirando Asesinos por naturaleza ( pelicula limada si las hay) y el partido de Argentina- Perú.
Son casi las doce y media. Estamos preocupados. Empezó a caer granizo y no sabemos nada de las chicas que se fueron para la fiesta en la mañana. Y ahí empezamos a conjeturar para el carajo: o se les fué la mano con esto de estar de joda o están en cana. Luki llamó a la policía y presas no están.
Yo estoy indignado, porque no me vinieron a comer y en eso soy una señora octagenaria italiana, la mesa es la mesa.... Y preparé morfi para un regimiento.
Ahora le estoy pegando a la pared con una ojota para descargar la bronca pensando que si prefieren estar afuera con ese granizo en vez de en casa con nosotros es porque algo malo tenemos como grupo. Nos sentamos a hacer terapia en ronda hasta entrada la madrugada.
La mitá de la cura es saber que uno no tiene cura.

Colton & Vegas.